Se lamentaba
Saramago, allá por el año 2004, del sistema actual de partidos que rige la
democracia, en una tesis claramente política, cuyo punto de partida está en su
antiguo trabajo “ensayo sobre la ceguera” en el que muestra la degradación de
la democracia debido a la práctica de regímenes que están liderados por
personas sin valores ni principios y que ofrecen una democracia sin calidad,
donde decía que “La democracia no es un punto de llegada, sino un punto de
partida”. De este modo tan simple nos está indicando el autor que somos los
ciudadanos los responsables directos para poner límites a nuestros
derechos, obligaciones y por tanto a la
libertad.
Algunos piensan continuar
con el pasado más negro de nuestra sociedad; que son los que saben, los que
piensan, los que determinan lo que es bueno o no para las personas como si de una
sociedad tutelada se tratara. De ahí que existan pocas opciones de intervenir
en política, por la falta de democracia de las propias organizaciones políticas
e instituciones y al hecho de votar
entre lo malo y lo peor como las únicas opciones que nos ofrece este sistema y,
le llamamos democracia, que cada día nos amordaza nuestras posibilidades de
libertad y de crecimiento social. Uno de esos problemas, además de otros, lo
vamos a vivir en unas semanas con una ley electoral de listas cerradas y no
abiertas como corresponde a una sociedad adulta, donde podamos optar por
persona solventes socialmente y no por una lista de subordinados a las
servidumbres y lealtades del llamado líder de la organización política.
Así podemos
comprender como nos ha podido gobernar todo tipo de pícaros, parásitos u otra
forma funcionarial para vivir de los dineros públicos. Es la reproducción del mismo
modelo, que han instalado en todas las administraciones, de cuyas estructuras,
protocolos y contestaciones no podamos diferenciar
entre el modelo pasado y otro que corresponda con el sistema político vigente.
Es más, por la falta de ideales se viene prostituyendo todo el sistema político
e institucional en estos últimos veinte años, o también porque interesadamente
se pretendió que la democracia era el
punto de llegada y no el de partida y ello dio lugar a que los idealistas se
fueran apartando del poder. Así y todo parecería que hay una conjura para decirnos
que todo funciona democráticamente, cuando cualquiera que haya salido a
cualquier país europeo sabe perfectamente dónde y cuáles son sus diferencias y
lo alejado que estamos de una verdadera democracia representativa de calidad.
Por todo ello no
deberíamos considerar partidos políticos cuyos pensamientos políticos
neoliberales nos encadenan hacia un futuro incierto, sin cultura ni educación,
nos esclavizan, nos amordazan y nos empobrecen en nombre del capitalismo y de
sus prioridades. Sólo debemos reflexionar que, al margen de los problemas
mayoritarios que nos ha traído este sistema especulativo, existen dos problemas
extremos que afecta al eslabón más débil de la sociedad como son los niños y
sus necesidades vitales, además sobre quiénes recaen la responsabilidad y el
compromiso social de los futuros ciudadanos de este país, para ello sólo debemos
tener en cuenta que más de la mitad de los jóvenes no tienen trabajo y la otra
mitad más cualificada ha emigrado de este país, es decir, todos ellos
desplazados del propio sistema que liberaliza lo público para beneficiar a los
que más tienen. Estos partidos juntos con aquellos que no tienen raíces
ideológicas conocidas, ni por tradición ni convicción que perviven gracias a
una sociedad, que frente a una falta de cultura política se conforma con las
buenas palabras de estos personajes.
El transfuguismo, las imputaciones judiciales, que se refieren a aquellos casos en los que el Juez
Instructor atribuye a una persona determinada la comisión de un delito, es otra
de las consecuencias del propio sistema que han generado los propios partidos
políticos que no sólo no repudian éstas prácticas sino que los acogen en su
seno. Los argumentos para no dimitir de los unos son que el Acta es personal,
totalmente falso pues está vinculada al partido por el que se ha presentado en
tanto en cuanto existen listas cerradas, y la de los otros por si resulta que
no se es culpable, pues tampoco se sostiene en tanto en cuanto es una actividad
voluntaria no obligatoria y, además, las personas siempre deberían ser
sustituibles en un partido político democrático.
Pero con independencia
de los argumentos de unos u otros, en todos los casos los responsables directos
son los propios partidos que dan cobijo a esta degradación política y social,
por ello en esos partidos no existe ni ideas y menos aún ética. Desgraciado el
país que necesita de héroes, porque lo que subyace en este pensamiento son los salvapatrias
del pasado que proclaman la estabilidad al sistema para que nos guíen,
incompatible en cualquier sociedad madura democráticamente.
Una sociedad que
optó por derecho propio por el diálogo y por un sistema democrático, creativo y
participativo tiene el deber moral de limpiar de todas las organizaciones e instituciones
a todos estos franquistas sociológicos que utilizan el gatopardismos para seguir
engañando a la sociedad, que utilizan los mismos métodos e instrumentos del pasado
más reciente para gestionar lo público
como si de su finca particular se tratara y que ocultan su gestión detrás de
comisiones, subcomisiones o empresas paralelas y no en los plenos democráticos para
realizar sus debates frente a la sociedad que los eligió.
Quienes han venido
gobernando las instituciones han tenido la posibilidad de hacer cosas
diferentes de las que han venido haciendo así como de priorizar a las personas
por encima de las cosas sin embargo es ahora cuando prometen cosas distintas,
por lo tanto no tienen autoridad para que ahora tengamos que creerles, porque
además son las mismas personas y no otras las que se presentan. La política no
es una cuestión de fe, eso corresponde a las religiones, por eso lo único que
nos encontramos son las mismas repeticiones de errores derivados por las mismas
repeticiones en la gestión realizada y todo ello porque carecen de una
perspectiva de ciudad que no sea la inercia y la improvisación, como
consecuencia de la incompetencia o de la ignorancia.
No obstante, cualquier
ciudadano sabe el estado en que se encuentran sus barrios; sus instalaciones
deportivas y educativas, sus calles, sus aceras y asfaltado, su limpieza, sus
jardines y zonas verdes, sus zonas industriales, sus comercios, su seguridad, etc.;
del mismo modo que sabe la calidad democrática de quienes han venido gobernando
el municipio donde el diálogo y la empatía se sustituye por las mayorías, la
falta de transparencia o la falta de documentación ha sido una constante a la
oposición que tienen la obligación de controlar a quienes gobiernan; de igual
modo las subidas desproporcionadas de impuestos, las subidas del agua de
consumo sin explicaciones, las empresas paralelas que no sabemos muy bien para
qué nos sirven o mejor a quienes sirven, pero que además no se atienden los
compromisos salariales; de igual forma que el patrimonio no recibe la
conservación y las atenciones necesarias o una solución a las grandes
infraestructuras abandonadas que ni se conservan ni se le da una solución.
Cualquier
empresario o ciudadano sabe que tenemos una administración que no sirve a los
intereses de los ciudadanos, donde además ha quedado acreditado que se
manipulan o desaparecen informes o expedientes. Cuando ocurren estas graves situaciones
y sin que existan consecuencias disciplinarias, algo está pasando en esa
administración, más aún cuando se desconoce las bolsas de pobreza y barrios
donde se concentran estas miserias sociales, en fin, una administración que es
excesivamente cara si tenemos en cuenta que todos los servicios y su gestión
están privatizados y que no existe el más mínimo interés desde la propia
administración de vigilar para que se cumplan las condiciones de las
concesiones.
Y por supuesto que cualquier
ciudadano está relacionado con el paro en esta ciudad, no por los datos de las
oficinas de desempleo, sino porque tienen, hermanos, hijos, primos o incluso él
mismo podría estar en el paro así como en la bolsa de la pobreza, también sabe
que la metástasis de una ciudad no se soluciona con maquillajes de última hora como
algunos pretenden.
Cuando los propios
ciudadanos conocen este diagnóstico de su ciudad, parece claro que se deben
reducir algunas partidas económicas para poder hacer frente a otras mucho más
importantes, reestructurar la administración para que sirva a los intereses de
los ciudadanos, prescindir de las empresas paralelas para que estén bajo el
control democrático, revisar el contrato de aguas de Telde para ajustar los
precios y hacerlos más sociales así como revisar convenios en vigor o
mancomunar determinados servicios.
Por lo tanto,
siendo esto así, parece claro que hay que votar partidos que desde la oposición
hayan venido reivindicando todos y cada uno de estos aspectos con un programa
de trabajo para su desarrollo en sus próximos cuatro años. La fórmula se
realiza con mucho diálogo y trabajo, con todas las partes, pero también con firmeza
para ejecutar todos y cada uno de los compromisos con los que se llegue con los
ciudadanos, que son quienes pagan con sus impuestos una problemática que a
nadie le gusta. De lo contrario los problemas lejos de arreglarse se irán
multiplicando y desde luego no se solucionan porque algunos digan que la situación
esté mejorando y, porque sólo son verdades a medias, en todo caso porque
tenemos una deuda para ir pagando durante veinte años que supone un veinte por
ciento del presupuesto anual.
Si iniciamos nuestra reflexión con unos párrafos del escritor y
dramaturgo José Saramago que nos indica las causas, queremos finalizar e
ilustrar las consecuencias de lo que nos viene ocurriendo y que podríamos
reproducir con un párrafo del dramaturgo
y poeta Bertlot Brecht: "Ciertos países logran todavía conservar sus
formas de propiedad gracias a medios menos violentos que otros. Sin embargo,
los monopolios capitalistas originan por doquier condiciones bárbaras en las
fábricas, en las minas y en los campos. Pero mientras que las democracias
burguesas garantizan a los capitalistas, sin recurso a la violencia, la
posesión de los medios de producción, la barbarie se reconoce en que los
monopolios sólo pueden ser defendidos por la violencia declarada"
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