domingo, 10 de mayo de 2015

LLENAR LAS INSTITUCIONES DE VALORES DEMOCRÁTICOS

Se lamentaba Saramago, allá por el año 2004, del sistema actual de partidos que rige la democracia, en una tesis claramente política, cuyo punto de partida está en su antiguo trabajo “ensayo sobre la ceguera” en el que muestra la degradación de la democracia debido a la práctica de regímenes que están liderados por personas sin valores ni principios y que ofrecen una democracia sin calidad, donde decía que “La democracia no es un punto de llegada, sino un punto de partida”. De este modo tan simple nos está indicando el autor que somos los ciudadanos los responsables directos para poner límites a nuestros derechos,  obligaciones y por tanto a la libertad.    

Algunos piensan continuar con el pasado más negro de nuestra sociedad; que son los que saben, los que piensan, los que determinan lo que es bueno o no para las personas como si de una sociedad tutelada se tratara. De ahí que existan pocas opciones de intervenir en política, por la falta de democracia de las propias organizaciones políticas e instituciones  y al hecho de votar entre lo malo y lo peor como las únicas opciones que nos ofrece este sistema y, le llamamos democracia, que cada día nos amordaza nuestras posibilidades de libertad y de crecimiento social. Uno de esos problemas, además de otros, lo vamos a vivir en unas semanas con una ley electoral de listas cerradas y no abiertas como corresponde a una sociedad adulta, donde podamos optar por persona solventes socialmente y no por una lista de subordinados a las servidumbres y lealtades del llamado líder de la organización política. 

Así podemos comprender como nos ha podido gobernar todo tipo de pícaros, parásitos u otra forma funcionarial para vivir de los dineros públicos. Es la reproducción del mismo modelo, que han instalado en todas las administraciones, de cuyas estructuras, protocolos y contestaciones  no podamos diferenciar entre el modelo pasado y otro que corresponda con el sistema político vigente. Es más, por la falta de ideales se viene prostituyendo todo el sistema político e institucional en estos últimos veinte años, o también porque interesadamente se pretendió que la democracia  era el punto de llegada y no el de partida y ello dio lugar a que los idealistas se fueran apartando del poder. Así y todo parecería que hay una conjura para decirnos que todo funciona democráticamente, cuando cualquiera que haya salido a cualquier país europeo sabe perfectamente dónde y cuáles son sus diferencias y lo alejado que estamos de una verdadera democracia representativa de calidad. 

Por todo ello no deberíamos considerar partidos políticos cuyos pensamientos políticos neoliberales nos encadenan hacia un futuro incierto, sin cultura ni educación, nos esclavizan, nos amordazan y nos empobrecen en nombre del capitalismo y de sus prioridades. Sólo debemos reflexionar que, al margen de los problemas mayoritarios que nos ha traído este sistema especulativo, existen dos problemas extremos que afecta al eslabón más débil de la sociedad como son los niños y sus necesidades vitales, además sobre quiénes recaen la responsabilidad y el compromiso social de los futuros ciudadanos de este país, para ello sólo debemos tener en cuenta que más de la mitad de los jóvenes no tienen trabajo y la otra mitad más cualificada ha emigrado de este país, es decir, todos ellos desplazados del propio sistema que liberaliza lo público para beneficiar a los que más tienen. Estos partidos juntos con aquellos que no tienen raíces ideológicas conocidas, ni por tradición ni convicción que perviven gracias a una sociedad, que frente a una falta de cultura política se conforma con las buenas palabras de estos personajes.   

El  transfuguismo, las imputaciones judiciales, que se refieren a aquellos casos en los que el Juez Instructor atribuye a una persona determinada la comisión de un delito, es otra de las consecuencias del propio sistema que han generado los propios partidos políticos que no sólo no repudian éstas prácticas sino que los acogen en su seno. Los argumentos para no dimitir de los unos son que el Acta es personal, totalmente falso pues está vinculada al partido por el que se ha presentado en tanto en cuanto existen listas cerradas, y la de los otros por si resulta que no se es culpable, pues tampoco se sostiene en tanto en cuanto es una actividad voluntaria no obligatoria y, además, las personas siempre deberían ser sustituibles en un partido político democrático. 

Pero con independencia de los argumentos de unos u otros, en todos los casos los responsables directos son los propios partidos que dan cobijo a esta degradación política y social, por ello en esos partidos no existe ni ideas y menos aún ética. Desgraciado el país que necesita de héroes, porque lo que subyace en este pensamiento son los salvapatrias del pasado que proclaman la estabilidad al sistema para que nos guíen, incompatible en cualquier sociedad madura democráticamente.                   
                                                                                                        
Una sociedad que optó por derecho propio por el diálogo y por un sistema democrático, creativo y participativo tiene el deber moral de limpiar de todas las organizaciones e instituciones a todos estos franquistas sociológicos que utilizan el gatopardismos para seguir engañando a la sociedad, que utilizan los mismos métodos e instrumentos del pasado más reciente para  gestionar lo público como si de su finca particular se tratara y que ocultan su gestión detrás de comisiones, subcomisiones o empresas paralelas y no en los plenos democráticos para realizar sus debates frente a la sociedad que los eligió. 

Quienes han venido gobernando las instituciones han tenido la posibilidad de hacer cosas diferentes de las que han venido haciendo así como de priorizar a las personas por encima de las cosas sin embargo es ahora cuando prometen cosas distintas, por lo tanto no tienen autoridad para que ahora tengamos que creerles, porque además son las mismas personas y no otras las que se presentan. La política no es una cuestión de fe, eso corresponde a las religiones, por eso lo único que nos encontramos son las mismas repeticiones de errores derivados por las mismas repeticiones en la gestión realizada y todo ello porque carecen de una perspectiva de ciudad que no sea la inercia y la improvisación, como consecuencia de la incompetencia o de la ignorancia. 

No obstante, cualquier ciudadano sabe el estado en que se encuentran sus barrios; sus instalaciones deportivas y educativas, sus calles, sus aceras y asfaltado, su limpieza, sus jardines y zonas verdes, sus zonas industriales, sus comercios, su seguridad, etc.; del mismo modo que sabe la calidad democrática de quienes han venido gobernando el municipio donde el diálogo y la empatía se sustituye por las mayorías, la falta de transparencia o la falta de documentación ha sido una constante a la oposición que tienen la obligación de controlar a quienes gobiernan; de igual modo las subidas desproporcionadas de impuestos, las subidas del agua de consumo sin explicaciones, las empresas paralelas que no sabemos muy bien para qué nos sirven o mejor a quienes sirven, pero que además no se atienden los compromisos salariales; de igual forma que el patrimonio no recibe la conservación y las atenciones necesarias o una solución a las grandes infraestructuras abandonadas que ni se conservan ni se le da una solución. 

Cualquier empresario o ciudadano sabe que tenemos una administración que no sirve a los intereses de los ciudadanos, donde además ha quedado acreditado que se manipulan o desaparecen informes o expedientes. Cuando ocurren estas graves situaciones y sin que existan consecuencias disciplinarias, algo está pasando en esa administración, más aún cuando se desconoce las bolsas de pobreza y barrios donde se concentran estas miserias sociales, en fin, una administración que es excesivamente cara si tenemos en cuenta que todos los servicios y su gestión están privatizados y que no existe el más mínimo interés desde la propia administración de vigilar para que se cumplan las condiciones de las concesiones.  

Y por supuesto que cualquier ciudadano está relacionado con el paro en esta ciudad, no por los datos de las oficinas de desempleo, sino porque tienen, hermanos, hijos, primos o incluso él mismo podría estar en el paro así como en la bolsa de la pobreza, también sabe que la metástasis de una ciudad no se soluciona con maquillajes de última hora como algunos pretenden.  

Cuando los propios ciudadanos conocen este diagnóstico de su ciudad, parece claro que se deben reducir algunas partidas económicas para poder hacer frente a otras mucho más importantes, reestructurar la administración para que sirva a los intereses de los ciudadanos, prescindir de las empresas paralelas para que estén bajo el control democrático, revisar el contrato de aguas de Telde para ajustar los precios y hacerlos más sociales así como revisar convenios en vigor o mancomunar determinados servicios. 

Por lo tanto, siendo esto así, parece claro que hay que votar partidos que desde la oposición hayan venido reivindicando todos y cada uno de estos aspectos con un programa de trabajo para su desarrollo en sus próximos cuatro años. La fórmula se realiza con mucho diálogo y trabajo, con todas las partes, pero también con firmeza para ejecutar todos y cada uno de los compromisos con los que se llegue con los ciudadanos, que son quienes pagan con sus impuestos una problemática que a nadie le gusta. De lo contrario los problemas lejos de arreglarse se irán multiplicando y desde luego no se solucionan porque algunos digan que la situación esté mejorando y, porque sólo son verdades a medias, en todo caso porque tenemos una deuda para ir pagando durante veinte años que supone un veinte por ciento del presupuesto anual. 

Si iniciamos nuestra reflexión con unos párrafos del escritor y dramaturgo José Saramago que nos indica las causas, queremos finalizar e ilustrar las consecuencias de lo que nos viene ocurriendo y que podríamos reproducir con un párrafo del  dramaturgo y poeta Bertlot Brecht: "Ciertos países logran todavía conservar sus formas de propiedad gracias a medios menos violentos que otros. Sin embargo, los monopolios capitalistas originan por doquier condiciones bárbaras en las fábricas, en las minas y en los campos. Pero mientras que las democracias burguesas garantizan a los capitalistas, sin recurso a la violencia, la posesión de los medios de producción, la barbarie se reconoce en que los monopolios sólo pueden ser defendidos por la violencia declarada"

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