viernes, 9 de diciembre de 2005

Las Asociaciones vecinales se revelan.

Como resultado de las reuniones que se están llevando a efecto, por los distintos presidentes de las AAVV y que inicialmente se han reunido en la AV Las Huesas, la corporación municipal se ha irritado y las ha calificado de seguir dictados políticos al amparo de alguna estrategia política, que dicho sea de paso desconocemos. 

Cuando se apunta a ese seguidismo la intencionalidad política que subyace, es la de desacreditar a este colectivo vecinal puesto que presumen que están manipulados y por extensión todo el colectivo es de otra opción política y eso es totalmente falso. Es muy posible que algunos presidentes de AA puedan participar en alguna formación política, pero ello no sería argumento suficiente para descalificar las razones, de contenido estrictamente social, de esas reuniones. 

En cualquier caso no se debe tolerar que se sigan utilizando a las AAVV para fines políticos, utilizando subterfugios para esconder los verdaderos problemas que existen en estos barrios y, no porque alguien pueda pertenecer a algún partido político, que estaría en su perfecto derecho de acuerdo con nuestra carta magna, se realicen apreciaciones como las anteriores o simplemente se les margine, ya que lo cierto y real es que no se arrincona al presidente de ese barrio sino a los vecinos que en el conviven, lo cual es un despropósito del gobierno municipal.
A los gobiernos se juzgan por el cumplimiento de sus programas políticos y por el grado de desarrollo de sus barrios, por su conservación y gestión de los servicios, por corregir los factores que inciden en la educación, la seguridad ciudadana, la pobreza etc. Pero, además, por las formas y comportamientos políticos ya sean por sectarismos, por déspotas o por incompetentes.

Sobre el particular debemos decir que lo que se pone de manifiesto, de forma objetiva, es que treinta Asociaciones Vecinales se vienen reuniendo, de sesenta que puedan existir en ésta ciudad, porque los cauces democráticos no funcionan para este colectivo, lo que significa la mitad de los barrios del municipio y esto debe ser objeto de reflexión y solución política por parte de quiénes lo han criticado.

Del mimo modo se ha evidenciado, en las primeras reuniones, el aislamiento y la marginación a la que están sometidas dichas AA y lo que se reclama de la administración local es participación, diálogo y soluciones en todos los problemas que afectan a cada uno de estos términos municipales así como requerir una mesa de diálogo para participar sobre los reglamentos de las grandes ciudades y rescatar la democracia participativa, como mecanismo para definir los rumbos estratégicos para la construcción de la ciudad en la que se cuente con la participación de todos los sectores sociales. Con la participación directa de los ciudadanos en la definición y orientación del presupuesto en las políticas municipales, se ganaría en calidad democrática en los procesos, en transparencia informativa y la gestión sería más económica y efectiva.

Entre otros, Thomas Jefferson y Jean Jacques Rousseau ya planteaban soluciones que permitían conjugar la democracia representativa con la democracia participativa, y en la actualidad como consecuencia de los movimientos sociales, entre los años 70 y 80, en Brasil se viene gobernando con este modelo en el Ayuntamiento de Porto Alegre desde 1.989. 

Por el contrario el grupo de gobierno en vez de preguntarse el porqué ocurre estas reuniones, que sentido tiene mantener al margen a las AA de los reglamentos de participación ciudadana, cuando en la España peninsular nos llevan diez años de adelanto sobre esta materia, no argumentan las razones del porqué desaparecen del presupuesto las partidas económicas para infraestructuras de sus barrios y no informan a sus representantes legales en los barrios.

Para el desarrollo de estas reuniones, tanto en el ejercicio de la libertad personal, como en los movimientos ciudadanos sólo se necesita tener la voluntad necesaria para realizarlas, no necesitan del consentimiento de ningún mandatario ni de ningún compromisario, para saber lo que se debate en esas reuniones, ya que si es de su responsabilidad seguramente será trasladada, tal y como así ha sido en esta ocasión. Como todos sabemos este es un derecho fundamental consagrado en los artículos 21 y 22 de nuestra Constitución y la Ley que la desarrolla, y en ese sentido parece que algunos tienen problemas en la ubicación y con el espacio tiempo.

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