viernes, 9 de diciembre de 2005

Tenemos un déficit, diálogo.

Cuando una concejala del grupo de gobierno, por muchas razones que pueda tener, llama la atención públicamente al Alcalde de la ciudad por proponer un pregonero para las fiestas de San Juan y no la responsable del área, parece que se han invertido los papeles. Cuando se dan estas circunstancia, de forma reiteradas y con otros concejales de su grupo, es que existe descoordinación entre el primer edil y sus concejales además de la anarquía que representan en el marco de su propio partido, pues no se debe olvidar que se han presentado bajo las mismas siglas políticas.
Si partimos del hecho de que el Alcalde teniendo autonomía propia no es capaz de coordinar su grupo de gobierno y priorizar los trabajos de las distintas áreas, conociendo y participando de cada una de ellas, para gestionar el presupuesto económico que haya aprobado, nos podemos encontrar con situaciones como éstas u otras similares, si además tenemos en cuenta que pertenecen al mismo partido político y ello implica coordinarse y disciplinarse con la dirección del partido, no se entiende la situación anterior.

Delegar las áreas no significa en absoluto que cada cual haga lo que su buena voluntad le permita, por ello da la impresión que además no existe dirección política en el partido en el que militan ambos concejales ya que el diálogo, el consenso, la disciplina, son términos que desconocen determinados miembros del partido en el gobierno y si existe es para otros menesteres. De ahí que cada concejalía se gobierne en función de las luces de cada responsable de área y no de forma colegiada que sería lo deseable y lo obligatorio estatutariamente. Es en el interno de ese partido donde deberían dirimir sus diferencias y votaciones así como analizar y priorizar los trabajos de fontanería de las distintas áreas de forma coordinada, del mimo modo que también sería deseable que se coordinaran con sus socios de gobierno precisamente para no dar pie a este tipo de espectáculos a la ciudadanía.

Siendo el partido un instrumento democrático para cambiar e innovar la sociedad son las personas que los representan las que le dan solvencia y credibilidad al mismo. Por ello no es posible pensar que el resultado de este estado de cosas es consecuencia sólo de su inexperiencia política y de gestión, dado que la mayoría de los miembros del gobierno nunca habían gobernado. Son los responsables y cuadros del aparato del partido los que deben asesorar y corregir estas situaciones siempre y cuando estén en condiciones de discernir entre los asuntos del partido y las de gobierno, con independencia de que sean compatibles los cargos del partido con los de representación en el gobierno. Por ello y en la medida que no resuelvan los problemas que se han apuntado no se conseguirá la solvencia y la garantía política que este gobierno municipal necesita, al margen del propio proyecto político.

El cese de la cuestionada concejala y la posterior restitución, aunque sin cargo por ahora, refleja esa falta de dirección política, salvo que existan varias corrientes ideológicas dentro de ese mismo partido que hagan posible un cambio efectivo y no tengan otra opción que la aceptación de los hechos y la que explique la rehabilitación, que en todo caso va contar con la desconfianza de sus compañeros de filas. 

El hecho de que puedan participar otros partidos e involucrarse en tareas de gobierno sólo va ha significar que se van a mantener en el Gobierno pero sin la capacidad para garantizar un proyecto que, después de dos años, seguimos sin conocer los ciudadanos. Lo que sí parece que están consiguiendo es un deterioro social de su propio partido y poner en solfa la mayoría estable para que gobierne sin sobresaltos y proporcione respuestas a los problemas que la sociedad demanda, de la que apenas se habla ni se tiene en cuenta.

Si los Concejales no dialogan entre ellos, o comunican poco, ni se ponen de acuerdo en los marcos estatutarios, parece lógico pensar que desconozcan lo que vienen realizando las otras concejalías en cada una de sus áreas (como es el caso de la tala de árboles en la Playa de Melenara, donde el Alcalde accidental desconocía las instrucciones del área de Parques y Jardines), como vamos a pretender que a las AA.VV., empresariales, sindicales, etc., se les escuche en los marcos adecuados cuando se ponga en marcha el Consejo Social de la ciudad y los Distritos de este término municipal.

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