lunes, 16 de abril de 2007

POR UN GOBIERNO PROGRESISTA COMPROMETIDO CON LOS CIUDADANOS DE TELDE

A pesar de la ausencia de gestión municipal en estos últimos cuatro años, las presuntas irregularidades, las continuas broncas, crispaciones y también la judicialización de la vida política en las que la mayoría del gobierno municipal ha sumido a la ciudad de Telde, lo único que se percibe en la sociedad es la resignación e indignación en general y los enfrentamientos entre pequeños grupos mediáticos o de ciudadanos partidarios de unos u otros partidos. Sin embargo, no existe ninguna corriente de pensamiento mayoritaria que nos ilusione hacia un verdadero cambio social, político y económico, que nos haga pensar que en la primavera del 2007, se pueda dar las condiciones para realizar el cambio pendiente que se reclamaba por los ciudadanos antes de las elecciones del año 2003.

Pensar que el gobierno que salga elegido en el mes de Mayo del año 2007 lo va hacer mejor, que el actual gobierno municipal, no es argumento suficiente para convencer a la gran mayoría de sus habitantes, que están esperando que se produzca el tan esperado cambio que necesita la ciudad de los Faycanes. Provocar una transformación en las conciencias para convencer de que es posible otras políticas necesita de un tiempo informativo y explicativo extra.

Le corresponde a la oposición, fundamentalmente a los partidos de izquierdas, que son los llamados a situar esta ciudad en este siglo, plasmar en el tejido social una corriente de opinión e ilusión y de verdadero cambio, para ello se necesita dos condiciones imprescindibles: liderazgo social y compromisos que se expliquen y traduzcan en sus programas de gobierno, de aquellos aspectos fundamentales que supongan poner las bases para situar a la ciudad y sus ciudadanos en este siglo y no voluntarismos personales y propagandísticos, pues, de lo contrario, estarán condenados al fracaso y continuar criticando al gobierno que salga en las próximas elecciones municipales.

Por ello, es necesario que este proceso sea liderado por partidos de izquierda, con programas concretos y personas solventes que puedan llevarlo a efecto, de tal manera que no existan sombras de ningún tipo que altere esta posibilidad de cambio, tan necesario para esta ciudad. Del mismo modo, es necesario romper recelos pasados, que siguen existiendo, y se capte el voto progresista, en la confianza y credibilidad que puedan ofrecer las personas, que representan a los partidos políticos, pues son éstas, las que hacen que las ideas en los partidos evolucionen o por el contrario involucionen y se conviertan en reaccionarias y sectarias. No en vano las personas progresistas son idealistas por naturaleza, pero además pragmáticas y necesitan conocer si va a existir cambios reales en las formas y en el fondo, o por el contrario de lo que se trata es de cambiar unas personas por otras.

En este sentido, parece claro, que para conocer de forma clara y precisa la tendencia que se vaya a programar en la ejecución de infraestructuras, de los futuros proyectos sociales de la ciudad, será necesario establecer plazos razonables para su ejecución y, al objeto de conocer el estado económico del municipio, en la medida que existe un endeudamiento de las arcas municipales, debe darse por sentado que se solicitará una auditoria externa, que certifique, valore y confirme objetivamente el estado económico y patrimonial del Ayuntamiento, que sirva para verificar dichos plazos de ejecución y al mismo tiempo impida disputas políticas posteriores.

Sin embargo existen otras políticas, no económicas, que no necesitan de tal elemento y que están dentro de lo que es la voluntad política, el sentido común, la ética y el deber social. Es aquí donde, se puede y se debe establecer, un programa de gobierno, que garantice con claridad, si las políticas sociales, económicas y medioambientales van a estar participadas por los órganos de representación ciudadana; si el municipio va a contar con su propia Agenda 21 en el próximo mandato y, si la misma va estar consensuada con los agentes sociales y económicos, antes de formar parte de la política municipal; determinar las políticas de suelo que van a proponer, para los jóvenes y necesitados de la ciudad, así como las políticas sociales para los más necesitados, por poner sólo unos ejemplos.

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