miércoles, 8 de diciembre de 2010

CUANDO LAS ESTRATEGIAS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS, LIMITAN LAS RESOLUCIONES INSTITUCIONALES

Para la realización de los trabajos de la Planificación estratégica territorial del municipio habría que remontarnos, seguramente a dos años antes, cuanto el Pleno municipal acordó por unanimidad (gobierno y oposición) mandató al concejal del área para dirigir los distintos escenarios, empresariales, sociales o sindicales, con el concurso de la empresa contratada por el consistorio que fue en todo caso la que redactó y plasmó, de acuerdo con los mecanismos o métodos sociológicos, las distintas reflexiones e impresiones que les facilitó una parte importante de la sociedad.
Estamos convencidos, una vez analizadas las distintas vertientes del documento, que es un texto que se puede ir enriqueciendo con otras aportaciones que pudieran darse en el tiempo en beneficio de la ciudad, sin embargo creemos que es importante y revelador en la medida que aborda los déficit formales y estructurales del municipio en el inmediato y corto espacio de tiempo. En este sentido deberíamos decir que los distintos planos o propuestas son o están abiertas para el desarrollo y las aportaciones de los distintos actores sociales o empresariales involucrados en las áreas en la medida que se pretendan poner en marcha.
Como ciudadano, el acto celebrado en la iglesia de San Pedro Mártir el pasado miércoles día  24 de Noviembre, para aprobar el Plan de acciones estratégicas para la ciudad de Telde, tenía o debería recoger tres valores esenciales: uno de los valores del documento está, o estaba, en que había sido aprobado por todos los partidos políticos con presencia en el Pleno del ayuntamiento lo que implica el respaldado por todos los ciudadanos; el segundo valor es que existe, o existía, un compromiso social y político de todas las fuerzas con representación en el pleno para ejecutar el citado documento con independencia de quién ganase las elecciones del próximo mes de Mayo y el tercer y último gran valor es que por fin se simplifica, concreta y se le pone nombre, en su primer nivel, a lo que necesita la ciudad en el corto y medio plazo.
Sin embargo, el día señalado para sorpresa de muchos ciudadanos y no pocos políticos, cuando creíamos que la aprobación del texto iba a ser un éxito compartido, por todas las fuerzas políticas con representación en el pleno municipal y que dieron su aprobación para que se realizaran esos trabajos, resulta que cuando se les convoca para convalidar el acuerdo realizado y plasmado, unos se esconden y no dan la cara para, quizás, que no se le relacionen con aquel acto en el que apoyaron la iniciativa y otros aunque asisten no sabían lo que iban a votar en ese acto, o por lo menos así se manifestó, cuando eran plenamente conscientes para qué se les habían convocados, fundamentalmente porque en el orden del día del pleno ordinario del 11 de Noviembre se había debatido ese tema y en el que ya, en esa reunión, dieron muestras de que no les venía bien aprobar el cuestionado documento.
Creemos que se equivocó el representante del principal partido de la oposición cuando descalificó el documento tachándolo de ser una carta a los reyes magos, que no tenía ficha financiera y lo que es mucho más grave “que cuando gobernase otros partidos no estaban obligados a ejecutarlo”. En este sentido habría que clarificarle varias cuestiones a este  cargo político y representante ciudadano; primero, refutarle que  todos y cada uno de los partidos, que dieron el visto bueno a esos trabajos en el pleno municipal y que ha sido pagado con dinero público, o lo que es lo mismo dinero de todos los contribuyentes, están vinculados moral y políticamente a desarrollar y ejecutar esos trabajos,  puesto que las elecciones no son un salvoconducto para liquidar un compromiso, como herméticamente deja percibir el concejal, ya que posiblemente volverán a estar presentes en ese mismo plenario las mismas siglas políticas que adoptaron el acuerdo, salvo que este responsable político se exprese en nombre propio.
Quienes sí están libres de responsabilidades de esta naturaleza son  aquellos partidos políticos que hoy no tienen representación en el pleno del municipio. Lo contrario sería una estafa social y económica; segundo, que como es obvio el documento no tiene ficha financiera porque son propuestas a desarrollar en diferentes áreas y no estudios concluidos y por ello no valorados económicamente; tercero, si se analiza el contenido de ese texto, se puede apreciar que no es una carta a los reyes magos, puesto que es la realidad concreta y simplificada del municipio con el acento en aquellos aspectos que deberían abordarse de forma rápida y aprovechando estos momentos de incertidumbre económica.
En todo caso el portavoz conservador es libre para equivocarse, de modificar  su posición cuantas veces estime conveniente, convertir un presunto éxito en un escandaloso fracaso, votar en contra o a favor como finalmente hizo, faltaría más,  pero lo más preocupante de estos hechos, para cualquier ciudadano, es que se dé el visto bueno para realizar unos trabajos con dinero público, para después concluir sorprendentemente que cuando lleguen a gobernar no se sienten obligados a desarrollar estos trabajos, lo que nos indicaría que archivaran el documento. Alguien dijo que “un pueblo ignorante desperdicia sus recursos, se empobrece y sólo vive de ilusiones”.
Para aquellos que aspiran a gobernar la ciudad, el cuestionado texto es un verdadero programa de gobierno en el que se necesitan al menos seis u ocho años para ejecutarlo, claro que se puede concebir aunque no compartir, que otros partidos no quieran que se identifiquen tan claramente las necesidades del municipio, porque así se pueden refugiar en la muletilla de que su partido “tiene programa para gobernar”, cuando en realidad carecen del mismo y en lo concreto para la circunscripción a la que se presentan. Estas estrategias partidistas y aquellas que se anteponen a las resoluciones institucionales son las que frenan y perjudican el avance de cualquier comunidad pero fundamentalmente a la que nos ocupa, en la que llevamos una década de retraso como consecuencia de los experimentos y efectos políticos habidos y su actual recomposición.
La primera regla social nos dice, o debería decir, que si no eres capaz de comprometerte contigo mismo difícilmente te puedes comprometer con los demás, consecuentemente debemos tener la capacidad de asumir las consecuencias de nuestras propias acciones, pues son éstas las que nos califican o distinguen en relación a los demás.

No hay comentarios: