Es
deprimente ver como la ciudad se va deteriorando, día a día, por la
incompetencia de unos personajes que en vez de gobernantes al servicio de la
ciudadanía parecerían funcionarios. De ahí que no existan políticas activas a
corto o medio plazo para sanear, conservar y proyectar una ciudad, además de vigilar
y obligar a las concesionarias de los servicios básicos para que cumplan con
las obligaciones contraídas en los pliegos de condiciones, dentro las
limitaciones económicas que tiene la institución como consecuencia de políticas
arbitrarias amparadas en la falta
de transparencia, de control público y político, que han dado lugar a sentencias
y a imputaciones pendientes de sustanciarse.
Debemos
aclarar que las limitaciones económicas que tiene este municipio, además de las
que tiene el país, lastran o mejor impiden cualquier posibilidad de
recuperación en un futuro inmediato. Así podremos ver como municipios que no
mantengan o sostengan cargas económicas tendrán menos dificultades que el
señalado para mantener condiciones o servicios considerados como obvios. De ahí
que no se entienda muy bien que gobiernos municipales, insulares, diputaciones
o autonomías sigan clonados como si de un gobierno central se tratara, los
mismos protocolos, gastos superfluos o cohorte de inútiles, que más que
asesores o directores han venido actuando como sicarios al servicio de sus
amos. Así se entiende que se prefiera seguir socavando o debilitando el llamado
estado de bienestar y de servicios en vez de corregir este estado de cosas; lo
que nos indica, con sus hechos, que no tienen previsto cambiar sus hábitos o preferencias.
De
este modo se entiende que para esta mayoría gobernante haya dinero para primar
asesores, directores de gobierno o amigotes en beneficio de sus intereses o de
partidos y sin embargo se olviden de las obligaciones contraídas, con el
interés general, para el que fueron elegidos y consecuentemente hayamos podido
ver, en manifestación, a los trabajadores reclamando sus salarios porque a las
empresas concesionarias de esos servicios no se les libra las partidas
económicas contraídas por la institución.
Es
preocupante el grado de insensibilidad social de este gobierno ante los graves
problemas que tiene la sociedad de este municipio como es el paro, la pobreza o
la exclusión social (la evolución de la tasa de pobreza relativa en los
últimos ocho años, 2004-2011, en este periodo el crecimiento de la tasa de riesgo
de pobreza en Canarias en el citado periodo es del 40,2%, al incrementarse 9,7
puntos porcentuales y pasar del 24,1% en 2004 al 33,8% en 2011, tal y como
recoge en el informe elaborado en el 2013 por el CESC) y que no haya merecido un pleno
extraordinario para debatir un problema político de esta magnitud así como
convocar y movilizar a las fuerzas sociales, intelectuales, económicas y
empresariales de la ciudad para analizar y buscar puntos de encuentros que
solventen este segmento social y fundamentalmente los niños.
De igual manera es preocupante el grado de degradación que vienen sufriendo los servicios esenciales del municipio, por no extendernos en la conservación, la seguridad o la protección, donde lo único que prima socialmente es la suciedad, la dejadez, el abandono o la desidia, de la que da buena cuenta los diarios digitales del municipio o si se prefiere echar un vistazo por los barrios de la ciudad.
De igual manera es preocupante el grado de degradación que vienen sufriendo los servicios esenciales del municipio, por no extendernos en la conservación, la seguridad o la protección, donde lo único que prima socialmente es la suciedad, la dejadez, el abandono o la desidia, de la que da buena cuenta los diarios digitales del municipio o si se prefiere echar un vistazo por los barrios de la ciudad.
Frente
a ello tenemos una subida de impuestos brutal y desproporcionada a residentes,
empresarios e industriales que sólo llevan al cierre o traslados de industrias
y pymes, por el incremento que representa la carga financiera en relación a la
competencia, así como que los potenciales nuevos residentes, proyectos financieros,
económicos o comerciales se canalicen hacia otros municipios que tengan unas
menores cargas fiscales, tal y como viene sucediendo. Al margen, claro está,
del estado actual de abandono que presentan algunas zonas industriales para que
puedan desarrollar sus actividades en igualdad de libre competencia con otras
del mismo municipio. O lo que es mucho más grave, carecer de un Plan General de
Ordenación Urbana que defina o señale las distintas
áreas de la ordenación urbanística de los terrenos que se
encuentran dentro del territorio
del municipio y que afecta a cuestiones tan diversas como la protección
del medio ambiente urbano, la conservación o protección del patrimonio de la
ciudad o la definición de las áreas para la intervención urbanística.
De igual modo, podemos observar
como son incapaces de aprovechar los recursos y fortalezas que tiene el
municipio en relación a los negocios que pueden generar empleo y economía para
el municipio, pues, además de las políticas especulativas que han provocado el
socavón económico que tiene el municipio, existen otra más importante como la
primera, como es la cultural, educativa o de formación que provocan el
inmovilismo, la crítica y la resolución de los problemas que nos afecta
colectivamente, así pues debemos tener claro que las prioridades así como las soluciones
vendrán de la mano de la sociedad y no de aquellas organizaciones políticas que
sólo se ocupan y preocupan de sus intereses partidistas.
Son las consecuencias o estrategias
de las campañas políticas para llegar al poder utilizando slogans, frases
grandilocuentes, populistas o políticas de maquillaje, precisamente para no
hablar de sus actitudes y responsabilidades fundamentales en relación a la
gestión de los recursos y servicios públicos de una sociedad democrática, como
es la transparencia junto a la imparcialidad y la equidad de los entes públicos o la capacidad de
respuesta en los asuntos público en sus relaciones con los ciudadanos, la
pluralidad, la participación ciudadana, la responsabilidad de los cargos
públicos, todo ello como pilares básicos de la buena gobernanza y que por el contrario en su primer pleno
municipal de lo primero que se ocupan y preocupan es de la subida salarial de
los concejales y asesores sin que lleve aparejada ninguna responsabilidad política por la gestión realizada.
Existe
un deterioro social y económico que se tardará varias décadas en recuperar el
esplendor que tuvo en algún momento la ciudad, si tenemos en cuenta la
situación de paro, la calidad del empleo y consecuentemente la economía social. Si
además tenemos en cuenta las previsiones de los mejores economistas que sitúan
las mejores reducciones de las cifras de paro, para casi dos décadas, pues,
podemos comprender que las entradas económicas de la institución no sólo
aumentarán sino que por el contrario podrían disminuir por las políticas
expuestas anteriormente. Si consideramos la deuda, la parte que corresponda
como parte del presupuesto anual, durante los veinte próximos años, podemos
entender que las formaciones políticas no deberían escribir cartas a los reyes
magos con sus propuestas electorales, porque por acción u omisión estarían
mintiendo a quienes les van a pagar sus nóminas los próximos cuatro años.
Por todo lo que se desprende es
necesario y urgente exigir a los partidos políticos un
código ético de buen gobierno y de buena conducta administrativa, la
participación ciudadana y la transparencia como herramientas imprescindibles
para gestionar el interés de la cosa pública.
Decía
el lingüista, Noam Chomsky, que si supones que no existe
esperanza, entonces garantizas que no habrá esperanza. Pero si supones que
existe un instinto hacia la libertad, entonces existen oportunidades de cambiar
las cosas.
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