Aunque
el concepto de democracia es bastante ambiguo, según su raíz, sin tener en
cuenta otras consideraciones, es el poder del pueblo el que interviene y se
responsabiliza en el rumbo de su propio futuro. Así pues, la democracia no sólo
es un sistema de organización social, sino un medio para que sus ciudadanos
puedan determinar vivir mejor en todos los planos de su existencia. La
democracia no sólo busca la libertad de expresión, de conciencia, de voto o de
culto, sino la igualdad y la justicia social.
Busca
la tolerancia, el respeto y la justicia, ya que un país sin justicia social es
un país que difícilmente podrá sostener un sistema democrático, pues, sin
justicia no hay igualdad y sin igualdad no hay democracia. Busca la igualdad a
través de los derechos humanos, que en sí busca mantener una sociedad con los
mismos derechos y obligaciones para todos; es decir, una sociedad igualitaria
donde no existan diferencias ni privilegios. Se podría decir, sin error a
equivocarnos, que cuanto mayor es el nivel de satisfacción de los derechos
humanos, mayor es el grado de democracia existente.
Decía el profesor de filosofía moral de la Universidad de Barcelona Norbert
Bilbeny en su libro “Democracia
para la diversidad”, que la mayoría en democracia no es ningún valor en sí
mismo. Los valores democráticos son la libertad y la igualdad, a cuyo servicio
la democracia no encuentra una regla mejor que la de decisión por el mayor
número. La mayoría no es más respetable que la minoría o que uno solo. Se la
respeta porque representa la regla de decisión democrática que impide que sólo
mande uno a unos pocos.
Si la
mayoría pone fin a estos valores, se acabó la democracia, por más que se haya
respetado su regla, porque la libertad y la igualdad no dependen del número de
sus partidarios. De igual modo defiende el compromiso y el interés social, para
llevar a cabo el fin último de la democracia para la diversidad.
Así,
mientras en un sistema autocrático no cabría elegir a nuestros dictadores cada
cierto tiempo, en un sistema democrático es posible ver actitudes o
comportamientos totalitarios y o dogmáticos, como si la regla de que mande la
mayoría, fuese suficiente para sustituir los valores democráticos, que el más fuerte persiga al más débil o la mayoría a la
minoría, cuyos efectos
se pueden verificar. De ahí el
alejamiento de la sociedad de los representantes de los poderes públicos.
Esta
pequeña introducción nos sirve para referirnos al conjunto de acciones y, en
este caso cultural, para comprender como quienes nos gobiernan, toman
decisiones que no sirven al conjunto de la sociedad o interés general porque
previamente no se han puesto las bases o soportes necesarios, conscientes o no,
en infraestructuras, servicios, económicas, coordinación o apoyo con otras
instituciones, o lo que es mucho peor porque simplemente falta la voluntad
política para lograr el fin deseado. Este municipio es un ejemplo en cualquier
capítulo que escojamos:
Nos
referimos al reglamento de participación ciudadana, cuyos órganos de
participación se aprobaron por el Pleno en el 2005, que fueron publicados el 13
de Febrero de 2006 en el BOP, sin que hasta la fecha haya existido voluntad
política para la ejecución. Nos referimos al Consejo Social de la Ciudad, como
órgano consultivo; las Juntas Municipales de los Distritos, como instrumentos
esenciales para el desarrollo de las políticas de proximidad y participación en
los municipios; la Comisión de Sugerencias y Reclamaciones, como órgano que Recibe
las iniciativas, sugerencias o reclamaciones formuladas por los ciudadanos para
mejorar la calidad de los servicios; o los derechos inherentes a los propios ciudadanos
individualmente, previstos en el propio Reglamento.
La
agenda21 de la cultura, aprobada por unanimidad del pleno con fecha 27 de
septiembre de 2007, era mucho más que una adhesión protocolaria, es otra
herramienta o instrumento activo de adecuación a la propia realidad social,
geográfica, arqueológica y ambiental del municipio, donde además de la
administración local, los técnicos y la participación ciudadana: asociaciones,
comunidad escolar, creadores, instituciones sin ánimo de lucro, sindicatos,
profesionales, personas de relevancia social, etc., deben implicarse siempre,
claro está, que el gobierno municipal tenga la voluntad política de ejecutarla
y sea capaz de liderar el proceso.
El
problema que existe para no ejecutar los distintos órganos sociales, según
nuestro criterio, es que no están preparados para escuchar pensamientos u opiniones
distintos y menos aún para argumentar sus posiciones porque posiblemente se
delatarían. También es llamativo el silencio de los agentes sociales sobre
estas herramientas colectivas, salvo que crean que individualmente les irá
mejor.
Pero
si no son capaces de hablar con los agentes sociales para realizar y plasmar
estas apuestas aprobadas y publicadas, para realizar los cambios culturales y
afrontar unas nuevas relaciones que nos afectan como ciudadanos, pues tampoco
parecen muy coherentes con los planteamientos o mejor propuestas que ellos
mismos realizan para alimentar sus propios egos, aunque siempre puedan evocar
el tan socorrido interés general, puesto que carecían y carecen del rigor que
requieren las propuestas, ya sean por falta de recursos económicos o
estructurales.
Propuesta como Ciudad Educadora: candidata a organizar el XIII Congreso Internacional
de Ciudades Educadoras con la ponencia “Educación
Inclusiva: hacia una sociedad sin barreras”, en la ciudad de Changwon República de Corea, del 26
al 28 de abril de 2012, sede
del XII Congreso Internacional de la Asociación Internacional de Ciudades
Educadoras. En el I Congreso de Ciudades Educadoras celebrado en
Barcelona el año 1990, se aprobó la Carta de Ciudades Educadoras.
Curiosamente entre los
compromisos de la citada carta, en el punto 9 nos dice, que la ciudad educadora
fomentará la participación ciudadana desde una perspectiva crítica y
corresponsable. Para ello, el gobierno local facilitará la información necesaria
y promoverá, desde las transversalidad, orientaciones y actividades de
formación en valores éticos y cívicos. Ó como también nos indica el punto 18 de
la misma. La ciudad estimulará el asociacionismo como forma de participación y corresponsabilidad
cívica, a fin de canalizar actuaciones al servicio de la comunidad para obtener
y difundir información, materiales e ideas para el desarrollo social, moral y cultural
de las personas. A su vez, contribuirá en la formación para la participación en
los procesos de toma de decisiones, de planificación y de gestión que la vida asociativa
conlleva.
Lo grave de esta parodia, según
nos cuentan, es que una ciudad como Barcelona elegida para organizar el XIII
Congreso Internacional se dedica a plagiar ponencias de otros municipios. Sin
embargo, lo verdaderamente cierto es que en la mencionada Ciudad es donde se concreta y define la
Agenda 21 de la cultura, cuyo documento final se aprobó el 8 de mayo de 2004
en Barcelona durante el IV Foro de Autoridades Locales para la Inclusión Social
de Porto Alegre, en el marco del primer Foro Universal de las Culturas.
Propuesta
Ciudad Europea del Deporte: La Asociación de Capitales Europeas del
Deporte, ACES, trabaja con
la Comisión Europea a través de la actividad deportiva municipal, ya que
gracias a los premios de Capital, Ciudad, Comunidad y Villa Europea del Deporte
reconoce la labor de los municipios en materia deportiva. En este caso se opta
a unos de los premios según el propio manifiesto de la organización, entre
ciudades de 25.000 y 500.000 habitantes.
Si
tenemos en cuenta tanto el cuestionario, normas y estatutos, donde se determina
criterios, zonas y municipios, se puede observar que se valora los resultados
sobre la inquietud y práctica del deporte en la ciudad y ciertamente hoy esa
cultura está bien implantada y extendida en la sociedad que busca su desarrollo
en instalaciones privadas y públicas. Por tanto, lo que se busca es canalizar una
cultura arraigada socialmente hacia un galardón. Cultura propiciada por
políticas realizadas por gobiernos anteriores donde la mayoría de los barrios
disponen de infraestructuras para su desarrollo y no precisamente por quiénes
presiden la corporación actual que ni siguiera las conserva. Así y todo, conociendo
algunos de los municipios que participan en estos premios existen dudas más que
razonables para que fragüe tal empeño.
En
cualquier caso cuando una ciudad opta por atraer un certamen, exposición,
muestra o galardón, deben tener unas instalaciones públicas operativas como
ejemplo de buen trabajo y que una parte importante de la sociedad que participa
en la actividad acompañe el proyecto, no es el caso porque no nace de abajo
hacia arriba, lo que sí necesita la ciudad es que se ocupen y preocupen con el
mismo interés que lo hacen por unos proyectos personales, más aún cuando vemos
el estado lamentable de la ciudad y de sus barrios y en particular determinadas
infraestructuras de las que deberían ocuparse y preocuparse urgentemente.
Ejemplo
de ello lo podemos encontrar con dos referencia representativas en distintas
zonas; una la cancha de Narea, en el centro de la ciudad; la otra cancha en
Melenara, a dos pasos de la principal playa del municipio, cuyas instalaciones
se encuentra en un estado de ruina y de abandono absoluto, es por ello que
deberían buscar soluciones o precintarla sin más dilación, porque lo que tiene la
institución sin ningún género de dudas es la responsabilidad civil, sobre los accidentes
que se produzcan, que tendremos que pagar todos los ciudadanos porque parece
claro que el seguro no se hará cargo de los daños que se produzcan, puesto que las
instalaciones no tienen los mantenimientos adecuados.
Finalmente
concluir con algunos de los pensamientos de la Ex presidenta de Finlandia,
Tarja Jalonen: Un pueblo educado sabrá elegir a dirigentes honestos y
competentes. Un pueblo inteligente y educado no permite corruptos e
incompetentes. Un pueblo ignorante desperdicia sus recursos y se empobrece. Un
pueblo ignorante vive de ilusiones. Un pueblo educado sabe muy bien diferenciar
un discurso serio de una prédica demagógica. Un pueblo educado prospera también
en condiciones adversas. Un pueblo ignorante es terreno abonado para la
demagogia. Cuanto más ignorante sea el pueblo, más van a perdurar ellos y más enriquecimientos
ilícitos habrá, porque es el negocio de los sinvergüenzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario