lunes, 7 de septiembre de 2009

ENTRE LAS COSAS DEL SABER Y DEL COMER

Con la negociación y posterior ingreso de nuestro país, en la Comunidad Europea, quedó despejado el papel que España iba a desempeñar en la contribución del nuevo orden europeo. En esa ampliación europea, como sabemos, los países ricos del norte se quedaron con la industria y la agricultura y a los países del sur, como España, se le asignaron los servicios y la vigilancia o seguridad de las fronteras y a cambio nos han ido quitando la poca agricultura y pesca que teníamos, para que éstos vivan cómodos y tranquilos.

Estamos sujetos a cuotas de producción incluso cuando no existan excedentes europeos, así pues, en Canarias tanto el plátano como el tomate están subvencionados y consecuentemente tienen los días contados porque, dicen o interesa decir que son productos agrícolas pocos rentables, aunque siendo objetivos deberíamos decir que, tanto del plátano como del tomate, ha vivido la sociedad canaria desde hace más de cien años y que ha sido muy rentable para agricultores y exportadores. Siendo esto así, que existen intereses para que desaparezca estas producciones, no hemos visto que por los distintos gobiernos autónomos, salvo ampliar la agonía de las subvenciones y renegar de un hecho que está implícito en el ingreso del mencionado marco europeo, se busquen otros cambios de actividad para que esas fuentes productivas que impliquen la sustitución de esos productos agrícolas para estar preparados para cuando se produzca el desenlace de ese hecho, vayan muriendo por asfixias tal y como ocurrió con la pesca en su momento, a la cual le iban a buscar acomodo, según decían.

Aunque es verdad que fuera del marco político europeo este estado, y menos aún la Comunidad autónoma, no tendrían un futuro económico equivalente al que teníamos hasta estos momentos, sin embargo se debería valorar si nos ha compensado ser los gendarmes y los asalariados de los países del norte, a cambio de unas pocas monedas emanadas de la nominada convergencia, para que nos dejen compartir un espacio común que por derecho propio nos corresponde. Claro que, es imposible demandar de nuestros políticos negociar unas reglas más productivas en ese marco europeo para nuestro país, pues el tiempo nos ha enseñado que cuando se ha tratado de negociar las condiciones de supervivencia de nuestro país, frente a ese entorno europeo, los principales partidos políticos españoles se han mostrado divididos, lo que ha influido y repercutido en la debilidad de las posiciones de nuestro país en esas negociaciones transcendentes para los ciudadanos. De hecho unas de sus derivaciones, la inmigración, ha costado asumirla como estado, aunque es verdad que últimamente se ha puesto medidas para frenarla y regularla, o cuestionar los derechos de cualquier europeo al trabajo en esta región.

Las consecuencias de aquellas negociaciones y su posterior mantenimiento, con pequeños retoques, la viven en primera persona nuestros empresarios, pescadores o agricultores con la limitación o el abandono de las actividades de nuestros campos o de la pesca, que podemos visualizar a través de los excedentes que un día son sobre la leche, otros sobre el aceite o los del tomate por poner sólo algún ejemplo. Hace apenas unos meses se han realizado elecciones para elegir a nuestros representantes en el parlamento europeo y prácticamente no se informó a la ciudadanía sobre los contenidos de la agenda para el trabajo, que presuntamente van a realizar en los próximos cuatro años, los representantes de los partidos políticos, lo que nos debe hacer reflexionar el grado de responsabilidad y compromiso de estos partidos políticos con los ciudadanos, pero también la permisividad de la sociedad frente a estas simplificaciones.

Lo único que ha crecido de forma desproporcionada y que se ha comido los costos de muchos productores en estos años, aparte de la especulación de la construcción, son los intermediarios en todas las actividades de nuestra existencia que son los nuevos especuladores del consumo y del trabajo, que incrementan los precios de los mercados, sin trabajarlos o manufacturar los productos que intervienen, o que contratan las actividades para luego subcontratar los trabajos, donde éstos intervienen a sus anchas sin que se les pongan ningún inconveniente y donde los políticos no sólo no se interponen sino que participan de este fenómeno con el argumento de que el mercado lo regula todo, aunque su valor no se corresponda con los costes como suele ocurrir. Y aunque, ahora esos mismos políticos, perjuren que esa política era defendida por los neoliberales o los neoconservadores, todos salvo contadas excepciones han participado, por acción u omisión, de sus modos mercantiles.

Estas actitudes o conductas son las que facilitan el que no se defienda con más vehemencia y con el ejemplo, que el trabajo, el esfuerzo, la disciplina o el sacrificio son valores que deben formar parte de la personalidad y el carácter de la vida cotidiana de cualquier comunidad que, con independencia de su credo, jamás deben perder o cambiarse por gratificaciones para que se desarrolle una comunidad. Allá por los años setenta los Sabandeños, grupo musical canario, crearon una canción para denunciar a estos abusadores legales, la polka frutera.

Esta depresión económica ha evidenciado el liderazgo de cada país al lugar que le corresponde y, ha quedado claro que los EEUU, a pesar de que su moneda ha venido perdiendo poder frente al euro, ejecutó la iniciativa política para disponer y movilizar una ingente cantidad de recursos económicos, que ha puesto las bases suficientes para que se genere la confianza necesaria para que las actividades comerciales e industriales comiencen a afirmarse y puedan verse los brotes verdes en ese estado americano. Del mismo modo, también, se están viendo esos brotes en Europa, aunque ha quedado claro que ha sido a remolque de los EEUU. Sin embargo en España, en la medida en que es un país de servicios derivados del ocio, tardará mucho más tiempo a que lleguen los tan ansiados brotes verdes, pues, hasta que no se genere la confianza suficiente para que se produzca bienestar económico en los países industrializados del norte difícilmente podrán pensar en el ocio tal y como recomienda el sentido común.

Cuando el Sr. D. Antonio Carmona, catedrático de política económica y conocido militante de un partido político, para argumentar la mayor tasa de paro en España que la media europea pone el siguiente ejemplo y dice que: mientras en Alemania se desenchufa tres máquinas y afectan a diez obreros, en España se desconecta una máquina y condicionan a cincuenta trabajadores (sic). Con ello nos está indicando el grado de manualidad de las empresas españolas o lo que es lo mismo el déficit tecnológico existente en las citadas empresas, lo que implica realizar cambios en las estructuras productivas tal y como dice, el Sr. Carmona, que si fuera cierto nos llevaría a una nueva inquietud, pues habría que crear muchas más empresas para recolocar y contratar al excedente que se produciría por esos pretendidos cambios estructurales, lo que nos llevaría a preguntarnos donde se han visto los brotes verdes, pues lo que vemos los ciudadanos, un día sí y otro también, es que el paro no ha tocado fondo porque continúa aumentando.

De hecho, en estos días se ha puesto de relieve la precariedad financieras de las empresas dedicadas al ocio, en estos meses de verano, cuya información la han puesto de manifiesto las empresas afectadas. Estas son las verdaderas realidades e inquietudes que tenemos las personas y que nos afectan a unos más que a otros y que termina afectándonos a todos los ciudadanos por igual. Algunos pretenden echar las culpas de toda esta situación al Gobierno actual cuando esa crítica no se sostiene, sin embargo parece claro que el mayor de los pecados de este gobierno es que ha sido incapaz de generar confianza en la ciudadanía, pues uno de los factores para que la economía funcione es precisamente generar confianza y no lo ha logrado, así como no decir a los españoles cuanto tiempo se va a necesitar para que nuestra economía vuelva a funcionar, salvo que crea firmemente, su equipo asesor, que la recuperación económica está a la vuelta de la esquina y no nos estén engañando miserablemente.

Parecería anecdótico si no fuera por las circunstancia sociales y económicas que estamos viviendo, pero cada vez que el país necesita de la unidad política y democrática para superar los grandes desafíos que tiene la sociedad, los dos grandes partidos aparecen polarizando, mediatizando y convulsionando la vida social, porque son incapaces para ponerse de acuerdo y solucionar los verdaderos problemas que tiene la sociedad.

En todo caso, tanto las presuntas aguas negras de los unos, como las distintas escaramuzas para tapar el paro y no buscar consensos sociales amplios para generar confianza de los otros, les pasaran facturas a ambos, aunque la mayor de éstas suele pagarla quién gobierna.

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