Ni los más tontos discuten hoy que las piscifactorías son la alternativa a la pesca tradicional en mar abierto, para la subsistencia del futuro de la humanidad en este tipo de alimentos, consecuentemente las empresas dedicadas a la cría y engorde de estos peces parece que tienen un futuro económico sostenido, donde el Ejecutivo Regional debería incrementar las ayudas necesarias a estas iniciativas, en la línea de diversificar la industria y el empleo. Otra cosa bien distinta son los enclaves o zonas para la crianza de estos peces, que se cuestiona la sociedad de este municipio cada vez que las corrientes marinas se acomodan con los vientos de Sur o la composición del engorde que en estos momentos no se debate.
Corresponde presuntamente al Cabildo como administrador más cercano a la Isla, la ordenación del territorio y sus costas, el determinar la distribución de los intereses científicos, empresariales o sociales así como las compatibilidades o de idoneidad de los usos que pudieran resultar de esa presunta ordenación.
En relación a las mencionadas competencias, con la propuesta del nuevo Estatuto de Autonomía, que sepamos, lo más preocupante para los partidos políticos son los porcentajes para acceder a la representación al parlamento autonómico, quizás pensado en como conformar gobiernos afines a sus intereses, sin embargo, esos mismos partidos políticos no se cuestionan la propuesta de Estatuto para que los Cabildos tengan más competencias y a su vez los Ayuntamientos, de lo que se colige que cuantas más competencias tenga el gobierno autonómico, menos tendrá que gestionar los cabildos y consecuentemente los ayuntamientos. Este planteamiento se aleja de la simplificación y acercamiento en la gestión que reclama la comunidad europea para la administración ciudadana.
Siendo esto así, de acuerdo con las informaciones disponibles, hemos podido leer la información facilitada por el periódico Canarias7, del pasado sábado 10 de Octubre, donde con cuatro fotos y un titular, se pretende descalificar a toda una mayoría social, donde dice: “la piscifactoría vigila el pienso que tira” con el viceconsejero de pesca del Gobierno de Canarias a la cabeza, haciéndole caer en la cuenta a los periodistas “que si el pienso contaminara tanto como dicen, esta zona estaría sucia y aquí no hay ni mal olor ni turbidez”, reforzando lo manifestado por la empresa, donde dice, “que da la cara y abre las puertas para desmontar la tesis popular que le achaca la responsabilidad de las manchas aceitosas que han contaminado estos días las playas”.
El Viceconsejero lejos de dar una respuesta imparcial que pueda evaluarse con los instrumentos científicos de los que dispone una sociedad avanzada, se manifiesta con alegatos totalmente subjetivos trasnochados y propios de otros regímenes donde la información no forma parte de la columna vertebral de un estado democrático y de derecho. De la misma manera habría que refutarle, al viceconsejero de pesca, que la suciedad y la descomposición debe buscarla en el fondo del mar, que es donde van a parar los desechos o sobrantes de esos pesebres marinos, es allí donde encontrará objetivamente una costra aceitosa en descomposición constante de dimensiones similares a la extensión que ocupa sobre el mar, con sólo disponer de un equipo de submarinismo. Que sepamos el mal olor y la turbidez se produce cuando se remueve la basura, no antes, en este caso situada en el fondo del mar y que va a parar a la orilla de las playas colindantes cuyos resultados podemos observar cada vez que se produce el cambio de los vientos y no en la superficie de las jaulas como pretende el regidor.
El viceconsejero de pesca en vez de buscar soluciones políticas para realizar el cambio de las jaulas a otras zonas que resuelva el problema que está planteado desde hace años y contrastar técnicamente el estado y la situación de las mencionadas jaulas con un informe, del Instituto Canario de Ciencias marinas que entre sus trabajos destaca los análisis de las aguas de nuestras costas, responde con estas declaraciones en el que se ha puesto de manifiesto su altura política, su evaluación de las cosas que administra y la percepción que tiene de los ciudadanos, que a sus vez son aquellos que le abonan su salario con sus impuestos. Ha perdido la oportunidad de comportarse como un verdadero responsable político interesado en los problemas y las soluciones de sus conciudadanos.
Esta Asociación vecinal de Costa de Taliarte se ha manifestado, en diversas ocasiones, en contra de la ubicación de las jaulas en la bahía de nuestra costa porque entendemos que no son compatibles con los espacios de ciencia e investigación y desarrollo o con el ocio y el respeto al medioambiente que sí apoyamos incondicionalmente y es en ese sentido en el que hemos instado al Cabildo, a través de las personas responsables que han venido trabajando en el Instituto Canario de Ciencias marinas, sobre esta materia, para que se realice o pida a la comunidad autónoma una ordenación consensuada de nuestras costas, donde los ciudadanos, de cada uno de los municipios en las islas, conozcamos las servidumbres que debamos soportar.
A esta AV le preocupa el circo mediático que han montado el portavoz de la empresa de los pececitos y el viceconsejero de pesca, para con sus respuestas coincidentes, falta de rigor y rayando el absurdo, pretendan intentar acallar el malestar general de todos los ciudadanos de este municipio. Sin embargo los convidados a esta tramoya, no opinan, a pesar de que son representantes de los ciudadanos en el Pleno del Ayuntamiento de este municipio. Existe un dicho popular que dice: a palabras necias oídos sordos.
En la medida que este problema se repite, cada vez que cambian las corrientes marinas en relación a los vientos del Sur, no habíamos considerado desde esta asociación participar de nuevo en la denuncia de este asunto, pero las llamadas de nuestros asociados que han pedido una clarificación de posicionamiento y las simplezas manifestadas por el viceconsejero de pesca y el empresario, en el citado periódico, nos obliga a evidenciar de nuevo estos hechos.
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