Decía Noam Chomsky, lingüista, profesor
y militante de la izquierda intelectual norteamericana, doctor honoris causa de
una treintena de universidades, entre ellas las de Londres, Chicago,
Georgetown, Buenos Aires, Columbia, Pisa, Harvard y Nacional de Colombia, que…, "La democracia
participativa presupone la capacidad de la gente normal para unir sus limitados
recursos, para formar y desarrollar ideas y programas, incluirlos en la agenda
política y actuar en su apoyo. En ausencia de recursos y estructuras
organizativas que hagan posible esta actividad, la democracia se limita a la
opción de escoger entre varios candidatos que representan los intereses de uno
u otro grupo que tiene una base de poder independiente, localizada por lo
general en la economía privada”.
Pues bien, ese pensamiento se puede desarrollar al
margen del paraguas de la administración que corresponda o, como en el caso que
nos ocupa, a través de lo que pretendía el espíritu de la Ley 57/2003, de medidas para la modernización del
gobierno local, que era establecer unos marcos estables y plurales para que los
ciudadanos participasen en la cogestión de la cosa pública y que en todo caso
corresponde a los agentes sociales sin distinción alguna. La mencionada ley no
prevé que en los distritos participen como vocales personas en nombre de los
partidos políticos y sin embargo en los reglamentos aprobados los clavan
digitalmente como elementos para abortar la voluntad de los agentes sociales,
imposibilitando la pluralidad independiente que debe tener cualquier foro
democrático.
En un artículo anterior titulado “se hace camino al andar“se solicitaba de
los partidos políticos, sean gobierno u oposición, la modificación de la
composición de las denominadas juntas municipales de distritos, de tal forma
que se eliminasen la participación política de esos foros y fuesen sustituida por
una mayor presencia y representación de los agentes sociales, lo que implica
una mayor diversificación o pluralidad de la participación ciudadana. Con todo,
no ha servido de nada porque ninguno de los partidos políticos presentes en el citado
pleno ha tomado la iniciativa para que los ciudadanos tomen el lugar, la
representación y la palabra en los asuntos que le corresponde por derecho
propio en su barrio, en su zona, en su distrito.
Pero si los partidos políticos presentes
en el pleno, por distintos intereses o porque sencillamente no saben ejercer el
contrapoder, no apuestan por la ciudadanía, la pluralidad, el debate y el
consenso que es el único camino democrático para aportar las ideas que suponen la riqueza y los avances
colectivos en cualquier proyecto o crecimiento necesario para una ciudad. Los
agentes sociales parecen no saber que los derechos en un estado democrático, no
se conceden sino que se conquistan, por lo que no deben esperar a que se le otorguen
como en el pasado sistema político y es por ello que son los llamados a cambiar
las situaciones que no nos gustan, como es el caso que nos ocupa, pues todo dependerá
de las fuerzas que nos acompañen en el proceso. Salvo que, hoy al igual que el
ayer, formemos parte de un circo para el esparcimiento de los señores de una
determinada casta política. En todo caso debemos saber perfectamente que la
participación, como derecho social independiente, plural y democrático, en esas
oficinas territoriales vienen prostituidas o viciadas desde su raíz
reglamentaria.
Los agentes sociales en general y
particularmente el nuevo presidente del faycanato debe tomar parte activa en
esta iniciativa para explicar la situación y composición de las discutidas juntas
municipales de distritos, a las asociaciones vecinales, e instarles a que no
participen en esta tramoya propia de caciques medievales necesitados de bufones
para darle el barniz democrático a unos
foros que sólo son un reflejo de los partidos políticos.
Si empezábamos
con una de las citas de Nom Chomsky con su concepto de la participación
ciudadana, queremos terminar con otra cita política del escritor alemán Bertolt
Brecht, sobre lo que opinaba de aquellos políticos que no están a la altura de
las circunstancias, decía en “el analfabeto político” que…, “el peor de los analfabetos,
es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los
acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del
poroto (judías o frijoles), del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de
los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan
burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No
sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y
el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo
de las empresas nacionales y multinacionales”.
2 comentarios:
Hola
Me llamo Alejandra y soy administradora de un directorio web/blog y me ha gustado mucho su sitio.
Me gustaría contar con su sitio en mi directorio, a cambio solo pido un pequeño enlace a mi página de películas, ¿Qué le parece la idea?
Mi correo es: ale.villar@hotmail.com
Un beso! y SueRte con su BloG!
Me han paecdo muy buenas las dos frases que has escogido para ilustrar, de algún modo, tu entrada.
¿Qué más se puede añadir a lo que tú has dicho?
La verdad es que soy incapaz de comprender por qué nos hallamos aún sumidos en esa especie de letarno que a lo único que nos lleva es a conformarnos con las migajas que, como bien dices, nos van concediendo de cuando en cuando.
¿A qué esperamos para conquistarlo?
Me gusta tu blog.
Un saludo y feliz 2012 :)
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