En
una democracia es incomprensible que la regla de la mayoría sirva para
establecer normas u otras estrategias que impidan y oculten a los ciudadanos
los principios, métodos o pautas que deban presidir la gestión de los
representantes de la cosa pública. Por ello debemos expulsar democráticamente
de la vida política a aquellos partidos políticos que hacen de la opacidad su
regla de gestión.
Parecería
que nuestros políticos cuando nos gobiernan se volviesen enemigos de quienes le
han delegado su voto, puesto que no se les facilita la gestión administrativa,
se les impide o se le pone miles de impedimentos para conocer de los asuntos
que les compete y en el peor de los casos tiene que pagar por saber de los
mismos, a través de las llamadas tasas, como si ese mismo servicio institucional
no estuviese incluido en el presupuesto anual para mantener los citados
servicios que abonamos los ciudadanos con nuestros impuestos.
Claro
que, hoy sabemos muy bien las razones del porqué toda esa maraña de normas que hacen imposible realizar una gestión ágil,
eficaz o eficiente de tipo residencial, comercial o industrial. O las funciones
que estos representantes tenían en los consejos de administración de las
famosas Cajas de Ahorros, cuya finalidad está en los Montes de Piedad como
casas de empeño orientadas a los pobres.
Del
mismo modo que conocemos como las concesiones, licencias o privilegios que se
fraguaron sin atender a criterios objetivos ni al bien común se vienen
resolviendo por la justicia, por cada sentencia que se ejecuta se sigue aumentado
las deudas que debemos pagar todos los ciudadanos, o de cómo se adjudicaban,
concedían o asignaban los servicios
cuyas facturas han permanecido congeladas o muertas en los cajones de algún
incompetente, arruinando a aquellos empresarios que habían realizado los trabajos adjudicados y que si no
nos intervienen, desde el exterior, para que el país siga funcionando tampoco
nos enteramos.
Con
estas orgías o desmadres políticos, al margen de los valores democráticos,
parece normal que los amantes de la oscuridad, la incultura y el atraso social pretendan
negar los derechos de los ciudadanos donde el artículo 23.1 de la Constitución
determina que todos los ciudadanos tienen el derecho a participar en los
asuntos públicos directamente o posteriormente en los distintos órganos de
participación ciudadana definidos en el citado Reglamento, derivados de la Ley 57/2003,
de 16 de diciembre, de medidas para la modernización del gobierno local, para
que sólo sirvan, entre otras, para cumplir con el expediente u otros fines
políticos.
Así, cuando
se toma la regla democrática como un valor fundamental y además se desprecia la
pluralidad, la imparcialidad, la equidad, la transparencia, o el consenso no forma
parte de la cultura política, parece claro que cuando no se respetan los
derechos fundamentales por los que se caracteriza un estado de derecho, se
asemeja a un corporativismo totalitario propio de los sistemas fascistas.
Es
en este sentido es en el que vienen actuando los gobiernos, que no dan
explicaciones de sus actos o decisiones actuando en despachos y a espalda de
los ciudadanos, salvo alguna excepción. Sin ir tan lejos podemos tomar como
ejemplo lo que ocurre en este municipio, donde se crean distintas comisiones
políticas todas ellas dirigidas a
obstaculizar u ocultar el derecho de los ciudadanos para conocer y estar
informado de todos y cada unos de los asuntos que le son propios y de su
incumbencia y que en todo caso deben debatirse públicamente en el lugar de
máxima expresión democrática que son los plenos municipales, pero que al
haberse pasteleado en los despachos sólo vienen al Pleno para darle carácter
formal y legal, dejándolo en un mero paripé, tal y como alguien dijo en el 2011.
Pero
es tal el estado de oscuridad y degradación democrática de estos gobiernos que
cuando cualquier portavoz de la oposición solicita una moción o, dicho de otro
modo, proposición, propuesta, sugerencia o documentos, pues, simplemente no se
contesta o no se entrega la documentación y aquí no pasa nada. Documentación
que por derecho propio se le debe entregar precisamente para poder debatir en
las mismas condiciones que tiene quién gobierna y poder ejercer la labor de
control. Por ello, cuando la regla se convierte en el valor que le dan a la
democracia, no es más que una dictadura.
Lo
más reciente entre esta institución municipal con otras, es que no se le
conteste a lo solicitado por el diputado del común equivalente al defensor del
pueblo o que no se entregue los balances financieros a la Audiencia de Cuentas
de Canarias.
Pues
bueno, estos mismos son los que han venido gobernando de espalda a la sociedad y
de sus necesidades, que han dejado morir las plantas y han deteriorado las
zonas y parques del municipio, con una recogida de basura deficitaria, donde
las calles han presentado un estado lamentable, llenas de basura, llenas de
baches o socavones, donde la seguridad ha brillado por su ausencia, una
administración que no responde a los intereses de los ciudadanos, abandono de
las zonas industriales, impago a las empresas de la administración, o urbanizaciones
residenciales abandonadas y todo ello con
unos impuestos desorbitados, además de un paro de 15.500 personas y una pobreza
y exclusión social que supera las tasas
que presentan otras zonas de Canarias según representantes de Cáritas.
Además
de una carga financiera impresionante, una deuda mucho mayor de la que cuando
comenzaron su mandato y que en estos momentos está sobre los 250 Millones de
Euros, o sea casi 42.000 Millones de las
antiguas pesetas, y sin embargo no
reparan en gastos protocolarios y de asesoramiento, quizás para seguirnos
enterrando fiscalmente que hacen
inviable una ciudad dinámica, atractiva y esperanzadora.
Una
deuda que se tardará muchísimos años en pagar, siempre y cuando se realicen
todas las reformas que se deben realizar, teniendo en cuenta que la actual
crisis va a durar mucho más tiempo de lo que nos vende el gobierno central con
su propaganda electoral, básicamente si tenemos en cuenta el panorama del nuevo
orden social que se está estableciendo o mejor implantando en toda Europa.
Pues
bien, estos que han venido gobernando el municipio como si los ciudadanos fuesen
sólo la suma de impuestos que van a recaudar para cuadrar sus expectativas
económicas, ahora que llegan las elecciones les quieren poner oído a los
problemas de los vecinos que han mantenido olvidados durante estos años,
endulzando esos momentos con un buchito de café.
Algunas
personas que tienen mis simpatías han dicho que la ciudad tiene solución. Pues
claro que tiene solución, pero se necesita valentía, determinación y soltar
lastres del pasado, para reordenar todo el sistema político, administrativo y
económico que busque los verdaderos valores sociales y democráticos para que
los ciudadanos tengamos una mayor calidad
democrática.
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