miércoles, 18 de febrero de 2015

DEBEMOS EXPULSAR A LOS PARTIDOS POLITICOS, QUE HACEN DE LA OPACIDAD SU REGLA DE GESTIÓN


En una democracia es incomprensible que la regla de la mayoría sirva para establecer normas u otras estrategias que impidan y oculten a los ciudadanos los principios, métodos o pautas que deban presidir la gestión de los representantes de la cosa pública. Por ello debemos expulsar democráticamente de la vida política a aquellos partidos políticos que hacen de la opacidad su regla de gestión. 

Parecería que nuestros políticos cuando nos gobiernan se volviesen enemigos de quienes le han delegado su voto, puesto que no se les facilita la gestión administrativa, se les impide o se le pone miles de impedimentos para conocer de los asuntos que les compete y en el peor de los casos tiene que pagar por saber de los mismos, a través de las llamadas tasas, como si ese mismo servicio institucional no estuviese incluido en el presupuesto anual para mantener los citados servicios que abonamos los ciudadanos con nuestros impuestos. 

Claro que, hoy sabemos muy bien las razones del porqué toda esa maraña de normas  que hacen imposible realizar una gestión ágil, eficaz o eficiente de tipo residencial, comercial o industrial. O las funciones que estos representantes tenían en los consejos de administración de las famosas Cajas de Ahorros, cuya finalidad está en los Montes de Piedad como casas de empeño orientadas a los pobres.

Del mismo modo que conocemos como las concesiones, licencias o privilegios que se fraguaron sin atender a criterios objetivos ni al bien común se vienen resolviendo por la justicia, por cada sentencia que se ejecuta se sigue aumentado las deudas que debemos pagar todos los ciudadanos, o de cómo se adjudicaban, concedían o asignaban  los servicios cuyas facturas han permanecido congeladas o muertas en los cajones de algún incompetente, arruinando a aquellos empresarios que habían  realizado los trabajos adjudicados y que si no nos intervienen, desde el exterior, para que el país siga funcionando tampoco nos enteramos. 

Con estas orgías o desmadres políticos, al margen de los valores democráticos, parece normal que los amantes de la oscuridad, la incultura y el atraso social pretendan negar los derechos de los ciudadanos donde el artículo 23.1 de la Constitución determina que todos los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos directamente o posteriormente en los distintos órganos de participación ciudadana definidos en el citado Reglamento, derivados de la  Ley 57/2003, de 16 de diciembre, de medidas para la modernización del gobierno local, para que sólo sirvan, entre otras, para cumplir con el expediente u otros fines políticos.  

Así, cuando se toma la regla democrática como un valor fundamental y además se desprecia la pluralidad, la imparcialidad, la equidad, la transparencia, o el consenso no forma parte de la cultura política, parece claro que cuando no se respetan los derechos fundamentales por los que se caracteriza un estado de derecho, se asemeja a un corporativismo totalitario propio de los sistemas fascistas.  

Es en este sentido es en el que vienen actuando los gobiernos, que no dan explicaciones de sus actos o decisiones actuando en despachos y a espalda de los ciudadanos, salvo alguna excepción. Sin ir tan lejos podemos tomar como ejemplo lo que ocurre en este municipio, donde se crean distintas comisiones políticas  todas ellas dirigidas a obstaculizar u ocultar el derecho de los ciudadanos para conocer y estar informado de todos y cada unos de los asuntos que le son propios y de su incumbencia y que en todo caso deben debatirse públicamente en el lugar de máxima expresión democrática que son los plenos municipales, pero que al haberse pasteleado en los despachos sólo vienen al Pleno para darle carácter formal y legal, dejándolo en un mero paripé, tal y como alguien dijo en el 2011.

Pero es tal el estado de oscuridad y degradación democrática de estos gobiernos que cuando cualquier portavoz de la oposición solicita una moción o, dicho de otro modo, proposición, propuesta, sugerencia o documentos, pues, simplemente no se contesta o no se entrega la documentación y aquí no pasa nada. Documentación que por derecho propio se le debe entregar precisamente para poder debatir en las mismas condiciones que tiene quién gobierna y poder ejercer la labor de control. Por ello, cuando la regla se convierte en el valor que le dan a la democracia, no es más que una dictadura. 

Lo más reciente entre esta institución municipal con otras, es que no se le conteste a lo solicitado por el diputado del común equivalente al defensor del pueblo o que no se entregue los balances financieros a la Audiencia de Cuentas de Canarias. 

Pues bueno, estos mismos son los que han venido gobernando de espalda a la sociedad y de sus necesidades, que han dejado morir las plantas y han deteriorado las zonas y parques del municipio, con una recogida de basura deficitaria, donde las calles han presentado un estado lamentable, llenas de basura, llenas de baches o socavones, donde la seguridad ha brillado por su ausencia, una administración que no responde a los intereses de los ciudadanos, abandono de las zonas industriales, impago a las empresas de la administración, o urbanizaciones residenciales abandonadas  y todo ello con unos impuestos desorbitados, además de un paro de 15.500 personas y una pobreza y exclusión social que  supera las tasas que presentan otras zonas de Canarias según representantes de Cáritas. 

Además de una carga financiera impresionante, una deuda mucho mayor de la que cuando comenzaron su mandato y que en estos momentos está sobre los 250 Millones de Euros, o sea casi  42.000 Millones de las antiguas pesetas, y  sin embargo no reparan en gastos protocolarios y de asesoramiento, quizás para seguirnos enterrando fiscalmente que hacen inviable una ciudad dinámica, atractiva y esperanzadora. 

Una deuda que se tardará muchísimos años en pagar, siempre y cuando se realicen todas las reformas que se deben realizar, teniendo en cuenta que la actual crisis va a durar mucho más tiempo de lo que nos vende el gobierno central con su propaganda electoral, básicamente si tenemos en cuenta el panorama del nuevo orden social que se está estableciendo o mejor implantando en toda Europa.

Pues bien, estos que han venido gobernando el municipio como si los ciudadanos fuesen sólo la suma de impuestos que van a recaudar para cuadrar sus expectativas económicas, ahora que llegan las elecciones les quieren poner oído a los problemas de los vecinos que han mantenido olvidados durante estos años, endulzando esos momentos con un buchito de café.

Algunas personas que tienen mis simpatías han dicho que la ciudad tiene solución. Pues claro que tiene solución, pero se necesita valentía, determinación y soltar lastres del pasado, para reordenar todo el sistema político, administrativo y económico que busque los verdaderos valores sociales y democráticos para que los ciudadanos tengamos una mayor calidad  democrática.              

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